Honda FIT 2015
El modelo más pequeño de Honda se comenzó a producir en Brasil y llegará hacia principios del año próximo a la Argentina para reemplazar a la actual generación
Corría el año 2003 en Argentina y Honda necesitaba consolidar su crecimiento lanzando al mercado un automóvil para competir en el segmento B, hasta ese momento inexplorado por la terminal nipona. Lo hizo con un monovolúmen de gran habitabilidad, versátil, duradero, con mantenimiento contenido y a un precio acorde. Este fue el coctail del éxito para el FIT, que actualmente cursa su segunda generación y tiene su lugar ganado en entre usuarios del modelo y quienes lo miran con cariño para su próxima compra. Sin embargo los años no pasan en vano y hoy los volúmenes de ventas (puesto 50 en el acumulado 2013) dicen que el benjamín de Honda necesita una nueva actualización para mantener los atributos de modernidad y vanguardismo que siempre lo identificaron, y así trepar en el ranking de ventas hasta retornar al TOP 20.
Atendiendo esta necesidad y con el objetivo de mantener la misma oferta disponible en el resto del mundo, Honda decidió traer al Mercosur la tercera generación del modelo, presentada en el salón de Tokio 2013. No es poca cosa, hablamos de un auto recién estrenado en el primer mundo. Una vez más será Brasil el país encargado de su producción, que está comenzando a gestarse ahora mismo durante este primer semestre de 2014. Una posibilidad muy fuerte es que el modelo arribe a Argentina hacia finales de este mismo año y reemplace así a la oferta actual (vigente desde 2009).
Al mirar el nuevo FIT queda claro que las intenciones de Honda fueron conferirle el mismo patrón de diseño que el de sus hermanos mayores: Ahora luce mucho más deportivo y futurista, menos “femenino” que la generación anterior. Así encontramos trazos muy angulosos, con líneas bastante más duras y tal vez “pesadas” que las que le conocíamos al compacto.
Si hablamos del frente, parece un tributo a su hermano CITY, sumando un paragolpes que incorpora leds de luz diurna y grandes tomas de aire (de dudoso gusto y utilidad, pero en sintonía con la moda actual). Y ya que hablamos de tendencias de diseño, el lateral está atravesado por dos aristas bien marcadas que le confieren dinamismo y fluidez a sus líneas. En ese sector el cambio más significativo son las manijas de puerta, ahora tipo “tirador”. Finalmente la parte posterior muestra un replanteo no demasiado profundo de ópticas y paragolpes, incorporando a cada lado una grilla plástica similar a la delantera (¡?) y en el portón una gran moldura (cromada en la versión de tope de línea) enmarcando la luneta, junto a un deflector superior. Probablemente sea la parte más personal del auto y al mismo tiempo, la que más nos recuerde a los FIT anteriores.
Por dentro se respira el mismo aire deportivo y futurista que sugiere el exterior. Con genética muy Honda, presenta una disposición de elementos que parecen superponerse entre sí, como buscando destacarse para conseguir la atención del conductor. Nada de diseños despojados ni minimalistas, en este auto cada detalle está pensado para no pasar inadvertido.
A nivel de instrumental mantiene las tres esferas para representar velocímetro y cuentavueltas (análogos) y funciones varias agrupadas (combustible, temperatura del motor y ordenador). La iluminación ambar dio paso a esta de tonalidad azulina, que resulta muy agradable y se repite en el resto del tablero. Otro detalle importante es que, a tono con la tendencia actual en este segmento, el lugar que ocupaba el stereo ahora da paso a una pantalla que administra las funciones del audio y navegación. Bien por Honda, que además la integró muy bien a la plancha y en un sitio donde es muy simple operarla, sin depender de controles remotos que suelen complejizar la operación.
Si pensamos en sus dimensiones, aparenta ser un auto más grande que el anterior... y en verdad lo es. Creció 5 cm en su longitud, cota ganada exclusivamente en la distancia entre ejes. A priori, esto nos hace suponer un habitáculo aún más cómodo, pero ninguna ganancia en el baúl. Y ya que hablamos de dimensiones, su tanque de combustible trepa hasta los 47 litros (antes 42). Aún deja gusto a poco, pero con un consumo reducido y sus pretenciones de auto principalmente de ciudad, debería ser suficiente.
En términos mecánicos, en Japón fue lanzado con dos versiones nafteras de 1.3cc (100cv) y 1.5cc (132cv). Ese último motor es el mismo que equipa al actual FIT en sus versiones más caras en Argentina y que rinde 120cv, por lo que podríamos pensar que el mismo incrementará su potencia con la llegada de la nueva generación, manteniendose sin cambios la 1.4 de 100cv para la versión más económica.
Finalmente y para reflexionar un poco, en otros mercados se ofrece una motorización híbrida que eroga 135cv y rinde unos 36km/l (¡!!) con niveles de polución obviamente muy contenidos. Sería bueno que en nuestro país se implementen políticas ambientales que estimulen la llegada de estas versiones (exenciones impositivas?), cuyo capítulo fue abierto hace pocos años con el Toyota Prius pero con resultados poco alentadores debido a su alto costo de venta al público.
EC