Afloja la venta de vehículos

15.04.2014 11:47

Mal comienzo

Este 2014 arrancó con un mercado automotriz enrarecido que ya en los primeros días de enero daba señales de pesimismo e incertidumbre. La luz de alerta la disparó el gobierno nacional, disponiendo la aplicación de un nuevo impuesto denominado “al lujo” que -por los montos imponibles- apuntaba a autos de alta gama, pero luego (devaluación mediante) terminó afectando incluso a vehículos de producción local.

Este impuesto se colaba en dos categorías: 30% de incremento para autos de más de $ 170.000 y 50% para los que superan los $ 210.000, ambos valores netos (sin impuestos, flete ni comisión del concesionario). Para tener una referencia concreta, un auto con un valor de $ 170.000 al salir de fábrica, se terminaba vendiendo al público en unos $ 240.000. Después de este impuesto, pasó a valer 291.000…

Devaluación del peso

Sobre llovido, mojado. Días después del impuestazo a los automotores, la devaluación de la moneda en una cifra cercana al 30% impacta una vez más sobre los precios. Sobre los autos importados, en forma directa e inmediata. Sobre los nacionales, el incremento se va dando de manera paulatina pero inexorable. Es sabido que el porcentaje de integración local de las autopartes no supera el 30-40%. Así, el componente de piezas importadas hace trepar el costo de producción y el aumento se trasladó a los precios.

Por otra parte, en el modelo de negocios actual, los autos de gamas media y alta venían subvencionando a los modelos más populares, de mayor escala pero menor rentabilidad. Al retraerse las ventas de aquellos y para resguardar el balanceo comercial, los precios de los autos de los segmentos más populares son disparados hacia arriba también, para generar ganancia per-se pero además porque hacia ellos se va volcando la demanda, lo que una vez más los hace aumentar.

Los efectos de esta vorágine fueron duros pero fácilmente predecibles. Trepada de los precios en relación a los salarios, baja en las ventas de unidades 0km, importante distorsiones en las listas de precios.

Acerca de esto último, imagino interminables discusiones en las oficinas de marketing de las terminales intentando resolver los problemas de fijación de precios. Tomemos un ejemplo al azar. Ford Kuga. La generación actual se importa desde España. En su versión de entrada de gama valía en diciembre $ 276 mil, contra $ 362 mil de la versión Titanium. Una diferencia de un 30% aproximadamente. Luego del simbronazo y ya reacomodados los nuevos precios, pasó a costar $ 398 mil y $ 700 mil!!! respectivamente. De estos valores se aprecia un aumento del 44% para la versión básica y 93%!!! la Titanium. La diferencia entre las dos versiones es ahora del 75%, lo que torna injustificable la compra de la más cara. Desde esta lógica es de suponer que varios modelos dejen de llegar a la Argentina y posiblemente algunas marcas más exclusivas directamente se retiren de plaza.

La gran incógnita de todo este asunto sería: ¿Ganará competitividad la industria local y la economía del país con estas medidas? En enero el mercado cayó solo un 2%, pero en febrero la pérdida trepó hasta el 20 y en marzo llegó al 35%. Varios especialistas arriesgan una retracción del mercado del orden del 40% para este 2014. Dese este ángulo saque ud. sus conclusiones.

¿Que pasa con los usados?

Lógicamente la demanda de automóviles usados debería comenzar a crecer, especialmente la de vehículos de 2010 en adelante, cuyo público ahora no llega a la compra del 0km. Eso debería hacer que sus valores se incrementen también, aunque no en la misma medida que los nuevos. No obstante, la retracción de las líneas de crédito y las altas tasas que se consiguen en los bancos y entidades financieras también tiene un poco paralizada la actividad en esta franja del mercado.

La realidad es que si se cuenta con el efectivo hoy se puede hacer muy buen negocio, accediendo a unidades semi-nuevas a un precio ostensiblemente más bajo que un 0km. Ejemplos:

  • Un Renault Fluence Luxe vale 0km cerca de $ 200 mil, pero si encontramos un 2011 con pocos km, entonces alcanzará con desembolsar unos $ 130 mil.

  • Ford Fiesta KD. $ 188 mil para el 0Km vs. $ 130 mil para un 2013 (si bien es linea vieja, escencialmente es el mismo auto y la diferencia de precio encuentra justificativo en los pequeños cambios). 

  • VW Vento 2.0 TSI: $ 391 mil OKm (fue alcanzado por el impuesto) vs $ 253 mil para un 2011. Pero si encontramos un línea vieja en buen estado, tambien de 2011, un auto de diseño y concepción aún vigente, el precio baja a poco más de $ 200 mil.

  • Peugeot 207 Compact 1.4 Active (base): Nuevo vale $ 119 mil. Por unos $ 70 mil se lleva un buen 2010 a su casa.